Avión invisible a bases iraníes:
Estados Unidos despliega su poder aéreo: el B-2 Spirit y su precisión letal en los bombardeos contra Irán
La Fuerza Aérea estadounidense utilizó el bombardero invisible B-2 Spirit en reciente ataque sobre objetivos estratégicos en Irán. Esta aeronave, diseñada con tecnología de sigilo, puede penetrar defensas aéreas avanzadas y lanzar ataques con precisión quirúrgica. Su intervención marca una escalada en la respuesta militar estadounidense y demuestra su supremacía en guerra aérea de largo alcance.
INTERNACIONAL
Lunes, 23 de junio de 2025
En una operación militar de alto impacto, Estados Unidos desplegó el bombardero estratégico B-2 Spirit para atacar blancos específicos en territorio iraní. La acción se inscribe en un contexto de creciente tensión en Medio Oriente y pone de relieve el alcance y poder destructivo de una de las aeronaves más sofisticadas del arsenal militar estadounidense.
El B-2 Spirit, también conocido como “el bombardero invisible”, es una aeronave de ataque furtivo capaz de transportar armamento nuclear y convencional. Su diseño en forma de ala volante, recubierto con materiales absorbentes de radar, le permite infiltrarse en el espacio aéreo enemigo sin ser detectado por los sistemas de defensa tradicionales.

El uso del B-2 Spirit contra objetivos iraníes marca un punto de inflexión en el conflicto. Más allá del impacto inmediato de las explosiones, el mensaje geopolítico es claro: Estados Unidos mantiene la capacidad de acción global, precisa y letal, sin necesidad de invasiones terrestres. Para Irán y otros actores regionales, el espectro del B-2 surcando el cielo representa un recordatorio de la superioridad aérea estadounidense y de los límites que no se deben cruzar.
Alta precisión y poder destructivo del avión norteamericano
Uno de los principales objetivos del B-2 es destruir instalaciones de alto valor estratégico con una precisión milimétrica. Puede lanzar bombas guiadas por GPS, como las GBU-31 JDAM de 2.000 libras, capaces de perforar búnkeres subterráneos, centros de comando o reactores nucleares.
En la reciente ofensiva, el B-2 habría actuado de noche, volando desde una base aérea en el extranjero, probablemente desde Diego García o desde el continente estadounidense, con reabastecimiento en vuelo. Las explosiones provocadas fueron altamente localizadas, evitando daños colaterales y enviando un mensaje claro a Teherán sobre la capacidad de Estados Unidos de golpear con eficacia y sin previo aviso.
¿Una ventaja estratégica de gran impacto?
Contar con una flota operativa de bombarderos B-2 –solo 20 en total– representa para Estados Unidos una ventaja tecnológica significativa frente a otros países. Estas aeronaves no solo operan en escenarios de guerra abierta, sino que también funcionan como herramienta de disuasión estratégica, especialmente en conflictos con potencias nucleares o regímenes con sistemas antiaéreos avanzados como Irán, Corea del Norte o Rusia.
El despliegue del B-2 en esta ocasión sugiere un mensaje contundente: el Pentágono está dispuesto a utilizar sus recursos más avanzados cuando la amenaza lo justifica. Además, al evitar ataques masivos y optar por intervenciones quirúrgicas, la administración Trump busca demostrar fuerza sin comprometerse con una guerra a gran escala.
Redacción Internacional