Poderoso ‘agente encubierto’ de POLFA que se ‘atornilló’ en la Policía de la mano de un Ministro, pese a graves informes

Es la historia de un subintendente que con ‘fuerte padrino político’ logró evitar dos salidas de la Policía, se echaron atrás las resoluciones. Contrainteligencia hablaba de su participación en corrupción desde el 2022. Hoy, curiosamente, es testigo clave en contra de otros policías acusados de favorecer, supuestamente, el contrabando.

Unidad de Justicia

Lunes, 26 de agosto del 2024

EL HOME NOTICIAS accedió a los documentos, informes y resoluciones que dan cuenta que el hoy testigo clave en contra de una supuesta red de contrabandistas estuvo a punto de ser sacado de la Policía Nacional dos veces, sin embargo, este suboficial logró mover un importante contacto y echar atrás lo que ya se evidenciaba como un hecho. Se indica que su amparador es un ministro del actual Gobierno.

Dos de sus compañeros, quienes solicitaron a este medio reservar sus identidades, contaron que esta persona “se ufana de su poder en la Policía Nacional, que es capaz de mover aún a un superior, sin importar su grado si es tocado, porque tiene ‘vara’” y concluyen que el respaldo es político.

Se trata del subintendente Álvaro Galvis Acevedo, quien figuraba como miembro del Grupo Operativo de Cartagena de la Policía Fiscal y Aduanera (POLFA), a quien dos directores de esta unidad adscrita a la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (DIAN) le venían haciendo seguimiento desde el 2022, ante graves alertas de supuestamente estar cometiendo irregularidades en acción de su servicio.

“Se habla de hechos que podrían estar afectando la transparencia institucional”, se lee en uno de estos informes dirigido al alto mando de la Policía para que fuese ordenado el traslado de Galvis Acevedo de la POLFA a otra dependencia.

También, dijeron las fuentes consultadas que en los informes se hizo mención de que Galvis traía antecedentes de irregularidades –denuncias– de cuando estuvo en la Policía de Carreteras.

Este medio conoció del informe que realizó la general Sandra Patricia Hernández Garzón, cuando estuvo a cargo de la POLFA, en el que hace referencia a las denuncias que se venían recibiendo en contra de Galvis Acevedo, de que “no era conveniente su permanencia en esta unidad”. No obstante, que haber informado de estos hechos en contra del subintendente le ocasionó sus inconvenientes. Se hace referencia al aparente ‘poder’ con el que cuenta el subintendente.

Es más, todo se origina porque su nombre figura en unas novedades de la Seccional de Inteligencia Policial (SIPOL), en el que se habla del recibimiento de supuestos sobornos por parte de una señalada red dedicada al contrabando, a comienzos del 2023.

No obstante, a pocos días de conocerse la solicitud de traslado, de que se había aprobado la terminación de la ‘Comisión en la Administración Pública, de los informes de inteligencia que daban cuenta de los casos de corrupción, el suboficial Galvis Acevedo no solo es dejado en la POLFA sino que es protegido y con resolución convertido en agente encubierto, para investigar a la misma red de la que se aseguraba le venía exigiendo altísimas sumas de dinero.

En los mismos seguimientos se determinó que este suboficial asegura obtener recursos del negocio de la ganadería, –que es un hábil ganadero– para soportar sus movimientos económicos, porque –se subraya en el mismo escrito– se venía en busca de aclarar el hecho de que este uniformado gastaba dinero de manera frecuente en el arriendo de vehículos particulares para sus largos desplazamientos en la Costa y estos gastos salían de sus recursos personales.

Llama la atención ahora que, precisamente, las personas que informaron o que atendieron las graves denuncias en contra del subintendente Galvis estén ahora involucradas en supuestas investigaciones y este uniformado haya pasado a ser un protegido, agente especial, de la misma Fiscalía General de la Nación.

Se conoció, a través de estos informes de contrainteligencia, de un altercado en un hotel de Cartagena que protagonizaron Galvis Acevedo y el mayor Peter Steven Nocua Henao, en el que Galvis le habría hecho reclamos al oficial de –supuestamente– “estarle dañando el negocio”, relacionado con la exigencia de una cuota a los presuntos contrabandistas para permitir la circulación por las vías de la Costa Norte de Colombia de contenedores cargados de mercancía. Las diferencias, al parecer, se originaron porque uno decía un valor y otro uno diferente, esto en el cobro del soborno por cada contenedor.

Es importante anotar, que en otras instancias dentro de la Policía no se le permite a un suboficial increpar o lanzar ofensas a un superior jerárquico, en este caso de un subintendente a un Mayor. En la Institución se exige que debe existir siempre el respeto a los superiores. El irrespeto a un oficial de mayor grado es causal de investigación disciplinaria. Pero, agregan las fuentes, «Galvis estaría acostumbrado a hacerlo debido a la influencia política que lo respalda».

Todas estas alertas ocurren meses antes de que ambos, el oficial y el suboficial, fuesen acreditados como “agentes de control” para la investigación que llevó a la captura de Ricardo Orozco Baeza, alias El Bendecido; el coronel retirado Alexánder Galeano Ardila; mayor Mario Andrés Sarmiento Rojas; José Helí Alzate Moncayo, alias Alejo; y la más reciente de Juan Francisco Solano Barrera, llamado El Rolo o Pacho.

Se detalla en las alertas de la contrainteligencia, del cobro a Solano Barrera, señalado de manejar el contrabando de cigarrillos en Barranquilla y Cartagena, y de pagar sobornos de 150 millones de pesos por el paso de cada viaje de contenedores.

Existe un episodio peculiar, que para los días en que hacía trámite la salida de Galvis de la POLFA, por la resolución en poder del mando institucional, el uniformado –al parecer– programó reuniones con los supuestos jefes del contrabando en la Costa. Es más, hasta denuncia al mayor Nocua Henao de haber asistido a uno de estos encuentros en un hotel de Cartagena. Se deduce que es Galvis quien cita a Nocua.

“En nuestros términos podemos decir que Galvis echó al agua a mí mayor Nocua, quedaron empapelados por las acusaciones entre ellos, y es cuando ambos terminan convertidos en agentes encubiertos”, manifestó una de las fuentes.

Ocasionalmente, en las audiencias del caso que compromete al llamado ‘Zar del contrabando’, alias El Bendecido, los abogados de la defensa hicieron mención de estos hechos, que los agentes encubiertos estarían viciados en su manera de proceder, porque fueron sorprendidos delinquiendo y a su vez alentados a buscar pruebas en un proceso investigativo que arrancó en septiembre del año pasado.

“Cuál es el sustento de un agente encubierto en la legislación y cómo se procede la acreditación de un agente encubierto, es ingresar a una organización criminal o a la comisión de un delito sin provocarlo o sin ser partícipe de él, cuando lo puede evitar. Pues, sencillamente, participa de la operación dentro del marco que se le dio por las mismas resoluciones”, manifestó el abogado Iván Cancino, quien dejó de presente que el policía que denuncia a su compañero en un caso de corrupción termina convertido en un agente protegido, un mes después de su confesión.

Los abogados que representan a los involucrados en la mencionada investigación por el caso de alias El Bendecido, han insistido en las diligencias que los llamados agentes encubiertos, como Galvis Acevedo y Nocua Henao, «provocaron los hechos que después esgrimieron como pruebas, con las que se salvan de una acción penal y logran la cobertura de la Fiscalía». Los llaman como «agentes provocadores».

De acuerdo con estos antecedentes, que da a conocer EL HOME NOTICIAS, los que no figuran en la investigación que adelanta la Fiscalía en contra de los supuestos contrabandistas en Colombia, se indica que alias Pacho manejaba su propia estructura y millonarios sobornos a los dos uniformados para que permitieran el movimiento de la mercancía con ingreso ilícito al país, antes de ser los encubiertos.

En audiencia del pasado 23 de agosto un juez de garantías ordenó el envío a un establecimiento carcelario de Solano Barrera, bajo los cargos de concierto para delinquir agravado con fines de contrabando y cohecho por dar u ofrecer en seis momentos que fueron detallados durante la audiencia de medida de aseguramiento.

Lo que vale la pena revisar, conforme a las resoluciones que fueron emitidas antes de iniciarse la investigación en contra de los señalados contrabandistas, es que la corrupción de los ahora nombrados como agentes encubiertos viene desde el 2022 (precisamos que Nocua llega a la POLFA en el 2023), hasta el punto de que la contrainteligencia alertó de posible enriquecimiento ilícito de uniformados de la POLFA como el subintendente Galvis Acevedo.

Es más, las indagaciones ya venían rastreando los bienes en Colombia de Galvis Acevedo, entre estos en Cúcuta, y posibles posesiones en el exterior. Se habla de recursos obtenidos antes de la reputada investigación en contra del contrabando, que tiene comprometido a varios uniformados de la Policía.

La corrupción en la Policía Fiscal Aduanera ha llegado a límites sorprendentes, como el de un director regional de esta unidad que confesó haber recibido 8 millones de pesos que se gastó en gastos familiares, además, de haber recibido un celular de alta gama, este funcionario pasó a ser también un testigo protegido.

Redacción Unidad de Justicia

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