¿Dividida la cúpula de la Policía?

‘Mi General, hay que sacar al general Vargas, porque es un peligro para el Director de la Policía’

Es lo que contó en la audiencia de la Procuraduría el general Óscar Atehortúa, que eso habría dicho el general Salamanca, la noche en que fue designado como Director. Esta revelación mostró la posible división de la cúpula. Sin embargo, el Inspector dijo que no existe ninguna guerra interna. Se reveló que ambos fueron buenos amigos y esa amistad se rompió por el escándalo de corrupción.

Unidad de Justicia

Miércoles, 2 de diciembre del 2020

La audiencia de carácter disciplinario de este martes, dentro del proceso que la Procuraduría adelanta en contra del director de la Policía, general Óscar Atehortúa Duque, por posible omisión y tráfico de influencia, dentro del caso por el millonario despilfarro en la construcción de unas casas fiscales en San Luis, Tolima, generó otro escándalo.

Las cosas que se dijeron, lo que salió a relucir calentó el difícil momento, desde señalamientos de ocultamientos de pruebas, una solicitud de investigación en contra de Salamanca. Se mencionó, además,  al general Jorge Luis Vargas Valencia, de “querer sacar del camino” al hoy Inspector General,  y hasta en los minutos finales hubo aclaraciones de que la “guerra interna no existe”, ante el ambiente de una división y lucha de poder.

Pero hubo algo que dejo a la asistencia perpleja. Es que después de un largo interrogatorio al que fue sometido el general William René Salamanca, en horas de la mañana, por el abogado de la defensa, ya en la tarde es cuando el general Atehortúa en medio de sus preguntas sacó en público supuestas conversaciones privadas, con las que se mostró el resquebrajamiento interno que hay en las altas esferas de la institución.

General Jorge Luis Vargas Valencia, Director de Seguridad Ciudadana.

Este es el sorprendente y revelador diálogo

–“¿Usted le solicitó al general Atehortúa, en su época, antes del mes de diciembre, cuando fui nombrado como Director General de la Policía, que usted esperaba ser nombrado como Director General, y me pidió que lo acompañara como Subdirector”, –fue la primera y fuerte revelación de la tarde–.

“Mi General, eso no es cierto. Yo nunca mencioné que iba a ser nombrado como Director de la Policía. Nunca dije eso”, fue la respuesta de Salamanca ante la supuesta infidencia.

Sin embargo, el general Atehortúa continuó insistiendo en ese diálogo privado.

 –“Me propuso usted a mí ser su Subdirector si usted era nombrado como Director de la Policía?”, –insistió el alto oficial.

–“En un contexto netamente informal, permítame decirlo, de amigos en escenarios posibles a futuro, pero no en una propuesta oficial e institucional. Así no fue, mi General (…) Seguramente acompañados de un café, no recuerdo”, –rebatió Salamanca.

Es cuando, entonces, el general Atehortúa rememoró ese día cuando fue nombrado como Director de la Policía. El alto oficial recordó que Salamanca había, supuestamente, asistido a su oficina para felicitarlo. Pero, Salamanca precisó que fue una llamada telefónica la que hizo, en la noche, para congratularse.

–“¿Subió usted al despacho posteriormente a presentarme su complacencia?”, –indico Atehortúa.

–“Después fui a la Inspección General, estaba usted en su anterior oficina, ahí nos vimos. Sí señor”, –respondió Salamanca.

–“En la charla que sostuvo con el Director General me pidió usted que lo asignara como Director de Seguridad Ciudadana si se quedaba trabajando conmigo”, insistió Atehortúa.

–“No recuerdo el contexto de la charla o de la conversación. Al final usted decidió que yo fuera el Director de Seguridad Ciudadana”, –contestó Salamanca.

–“¿Me recordó usted que esta era una Dirección que le podría dar a usted toda la posibilidad de demostrar sus capacidades profesionales?”, –preguntó Atehortúa.

–“Le manifesté como en la llamada, en reunión privada en su despacho, que daría todo de mí para contribuir con la gestión de la Institución, primero la institución”, –preció Salamanca.

–“¿Me manifestó usted, que replanteara la posibilidad de que se quedara trabajando conmigo el general (Jorge Luis) Vargas, porque era un peligro para el Director?”, –dijo Atehortúa.

–“Eso no es cierto”, –demandó Salamanca.

–“¿Por qué razón salió usted trasladado de la Dirección de Seguridad Ciudadana a la Inspección General, siendo que el general Vargas es menos antiguo que usted?”, –volvió a preguntar Atehortúa.

–“Porque usted me manifestó que no había resultados en cuanto a la seguridad ciudadana, que los índices de la inseguridad estaban en un escenario crítico. Yo le dije, mi General, en relación con el homicidio estamos en un menos 5%. Sí pero esa es la decisión, me dijo. La tomé con altura, asumo el nuevo cargo sin ningún inconveniente”, –respondió Salamanca.

–“Efectivamente, en la charla que sostuvimos le informe a usted que salía de la Dirección de Seguridad Ciudadana porque no estaba dando los resultados que esperaba la comunidad y tratamos los siguientes índices: en el mes de abril el homicidio estaba en menos el 10% y en el mes de julio estaba en un 6% de aumento”, –detalló Atehortúa, entregando más indicativos como hurto a automotores, a motocicletas, a bancos…

–“Le expliqué a usted que se habían analizado en un contexto de alto Gobierno, el resultado profesional que usted había tenido en la Seguridad Ciudadana. ¿Es correcto?”, complementó Atehortúa.

–“Usted me manifestó que el Gobierno había dispuesto una dinámica en la Seguridad Ciudadana, que yo debería asumir la Inspección General, que había que fortalecer la Política de Seguridad Ciudadana, y no le vi ningún inconveniente, acaté su decisión”, –aclaró Salamanca.

–“¿Cuántas veces se hizo necesario que el Director General le hiciera un llamado de atención a usted, por el detrimento de sus índices delincuenciales en su desempeño?”, –interrogó Atehortúa.

–“Seguramente sí, mi General. Usted estaba en esa labor de llamar la atención y de procurar mayor eficacia, eficiencia y efectividad. Claro que sí, no lo niego. Somos seres humanos y fallamos”.

–“Y dentro del llamado de atención, cuando lo envié a usted a atender los casos de La Guajira, que estaban en una situación de orden público fortalecida (…) Si lo llamé y usted estaba en una actividad social, si más no recuerdo, en el departamento del Cesar. ¿No le hice un llamado de atención”, –contó Atehortúa.

Es en ese momento de la audiencia, después de las 5:00 de la tarde, cuando el procurador delegado le dice al general Atehortúa que lo que estaba contando estaba tomando un rumbo totalmente distinto al del proceso. Aseguró que ya estaba claro del por qué Salamanca había pasado de un cargo a otro, que era necesario aterrizar en lo que se estaba investigando.

Sin embargo, el general Atehortúa insistió en continuar con su planteamiento. Se cree que lo hacía con el objeto de demostrar que el fuerte diálogo que hubo en diciembre del 2019 entre los altos oficiales tenía detalles que la opinión pública desconocía.

–“¿Manifestó usted que no admitiría jamás que el Director de la Policía lo hubiese sacado de la Seguridad Ciudadana porque estaba acabando con su proyección institucional?, –volvió a preguntar Atehortúa.

–“No es cierto, mi General. Pido al señor procurador que se me explique las preguntas que hace mi Director General, qué relación tienen con los cargos que se le indilgan acá”,  –solicitó Salamanca.

Es entonces cuando el procurador insistió en que si las preguntas se habían agotado, las que Atehortúa estaba haciendo ya se salían del proceso, que los detalles estaban de sobra para lo que necesitaba oírse en la Sala.

Preciso ahí el Director de la Policía hizo ver que antes de aquel 19 de diciembre, varias veces había llamado a Salamanca a su despacho y este no había atendido ese llamado. A lo que el Inspector General, volvió a insistir en que las preguntas no tenían nada que ver con la investigación.

–“Aquí estoy dispuesto a responder todas las preguntas. Primero por respeto a él (…) Pero veo aquí, con todo respeto mi General, que está sacando cosas personales”, –precisó Salamanca.

El procurador delegado insistió en que no había relación de las preguntas con los cuatro cargos por los que es investigado el general Óscar Atehortúa.

Es cuando el abogado de la defensa, Marco Antonio Velilla, acusó a Salamanca de haber incurrido en posible caso de insubordinación, que tenía que ver con el cuarto cargo en contra de Atehortúa, que es de un posible mal trato al Inspector General, cuando Salamanca le habló de la investigación que había en su contra. Y es cuando recuerda Atehortúa que ambos se encontraron en la Escuela de Cadetes General Santander, en Bogotá, y le preguntó de las razones que este había tenido para no atender el llamado a su despacho.

–“No recuerdo, mi General (…) Me sorprende con lo que me dice en esta audiencia, porque he sido el más subordinado, el más respetuoso con usted. Una muestra es que acudo a su despecho con simple llamado por Whatsapp. Siempre atento a sus instrucciones”, –le respondió Salamanca.

–“¿Recuerda usted, cuando le notifique su salida de Seguridad Ciudadana hacia la Inspección General, que le dije que el alto Gobierno había dispuesto que como Director General dispusiera que determinación se tomara con usted, que yo pedí que usted continuara en la Policía en la Inspección General?, –puntualizó Atehortúa.

La respuesta de Salamanca fue que lo había visitado en su residencia en donde fue notificado por Atehortúa del cambio.

–“Le agradecí, por su conducto lo decidido por el Presidente de la República y asumí este nuevo cargo con altura y la felicidad, con el entusiasmo debido. Así lo he desempeñado, mi General”, –aclaró Salamanca.

–“¿No recuerda usted haberme manifestado que esto había sido una obra del señor mayor general Vargas (Valencia)  para sacarlo a usted del camino?”, –preguntó Atehortúa.

–“No mi General, nunca, no señor”, –respondió Salamanca.

Precisa allí Atehortúa que el Inspector General gozaba de mala memoria, que no habían más preguntas.

Es al final cuando el general Salamanca solicita cerrar con unas palabras, entre otras de agradecimiento por haber sido escuchado:

“Dejo constancia, que aquí no hay ningún enfrentamiento con el Director General de la Policía y lo menciono para la tranquilidad de la ciudadanía y la tranquilidad de nuestros hombres y mujeres en la institución.

“Dejo constancia, que he sido y seguiré siendo respetuoso del Director General de la Policía, porque así es mi talante, insisto en que no hay nada personal, que estoy abierto a mis actuaciones.

“Insisto, no voy a claudicar contra la corrupción sea el oficial, suboficial, mando que sea. Tengo la obligación de investigarlo porque es mi obligación con el país, con mi familia y con mi institución”, estas fueron entre otras las palabras del general William René Salamanca al cierre de la caldeada audiencia.

Redacción Unidad de Justicia

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