Última hora: Miguel Uribe Turbay fue trasladado de urgencia a cirugía por sangrado intracerebral
16 junio, 2025Se conoce la identidad de los adultos mayores asesinados en Barranquilla: el crimen que estremece a la ciudad
16 junio, 2025
Análisis:
La ‘Marcha del Silencio’, un mensaje silencioso que resonó con fuerza en la política colombiana
La salida a las calles de los colombianos se convirtió en una expresión pacífica de descontento frente al rumbo del Gobierno de Gustavo Petro, con un mensaje claro en defensa de la democracia, las instituciones y la libertad de expresión, generando reacciones encontradas en el espectro político y marcando un posible punto de inflexión en el clima social y político del país.
Análisis político
Lunes, 16 de junio de 2025
Miles de ciudadanos se volcaron a las calles este fin de semana en distintas ciudades del país para participar en la llamada ‘Marcha del Silencio’, una movilización nacional que, sin consignas ni pancartas partidistas, buscó expresar un mensaje claro: el malestar de un sector de la sociedad frente al rumbo que ha tomado el Gobierno del presidente Gustavo Petro.
Aunque la manifestación fue convocada bajo el símbolo del silencio, lo cierto es que generó un ruido político significativo. Desde el Ejecutivo hasta las organizaciones sociales, pasando por analistas, partidos políticos, sindicatos y ciudadanos independientes, todos han emitido sus impresiones frente al alcance y las implicaciones de esta movilización.
Un silencio que habló por muchos
La ‘Marcha del Silencio’ se diferenció de otras movilizaciones recientes por su carácter simbólico: los asistentes vistieron de blanco, caminaron en silencio y, en la mayoría de los casos, portaron banderas de Colombia sin símbolos políticos. La ausencia de arengas y discursos fue intencional: querían mostrar que el descontento no necesita estridencia para ser legítimo.
Los organizadores —ciudadanos, líderes de opinión, académicos y colectivos cívicos— aseguraron que la marcha no fue contra el Gobierno, sino en defensa de la institucionalidad, la justicia y la libertad de expresión. Sin embargo, el trasfondo político fue evidente: la preocupación por el debilitamiento de los organismos de control, los señalamientos contra la prensa crítica, y el manejo del orden público y la economía.
Las reacciones provienen desde los distintos frentes sociales
Desde el oficialismo, la marcha fue vista con suspicacia. Algunos sectores cercanos al Gobierno señalaron que se trató de una protesta de élites, promovida por medios de comunicación tradicionales y partidos políticos opositores. El propio presidente Petro, en una publicación en sus redes sociales, insinuó que se trataba de una estrategia para desestabilizar su mandato.
En contraste, desde la oposición y sectores independientes se destacó el carácter pacífico de la manifestación. La senadora Paloma Valencia (Centro Democrático) calificó la marcha como «una expresión democrática que evidencia el desgaste de un Gobierno sordo frente al clamor popular». Por su parte, el exalcalde de Medellín Federico Gutiérrez afirmó que “el país no está polarizado entre derecha e izquierda, sino entre quienes defienden la democracia y quienes quieren debilitarla”.
¿Qué dice la ciudadanía?
Más allá de los discursos políticos, numerosos ciudadanos que participaron en la marcha expresaron su preocupación por temas concretos: el aumento de la inseguridad, la inflación, la crisis del sistema de salud, y las tensiones institucionales entre el Ejecutivo y la Corte Suprema. Para muchos, la marcha fue una manera de sentirse representados sin necesidad de militar en un partido político.
“Yo voté por Petro, pero hoy siento que no escucha, que hay un discurso de confrontación permanente. Esta marcha fue mi forma de decir que me preocupa el rumbo del país”, señaló Juliana Rodríguez, una docente que asistió en Bogotá.
¿Ahora qué va a suceder en el país ante este mensaje de la mayoría?
La ‘Marcha del Silencio’ podría marcar un punto de inflexión en el escenario político nacional. Aunque el Gobierno aún conserva un importante respaldo popular, la movilización evidencia que existe un sector creciente que demanda mesura, diálogo y respeto por los contrapesos institucionales.
Analistas coinciden en que la protesta no cambiará de inmediato el rumbo del Gobierno, pero sí podría generar presiones internas para moderar algunas posturas. También plantea interrogantes sobre el rol de la oposición, que aún busca consolidar un liderazgo claro frente a un Ejecutivo que sigue teniendo una narrativa poderosa.
Conclusión:
En una Colombia donde el ruido político es constante, la ‘Marcha del Silencio’ sorprendió por su capacidad de convocatoria y su mensaje implícito: el país exige diálogo, respeto por las instituciones y gobernabilidad. El desafío, ahora, está en que ese silencio no quede en el olvido ni sea instrumentalizado por ningún sector.
Redacción Política
Editor general
El Home Noticias.