‘Nuevas denuncias’:

General Yackeline Navarro, “pasó por encima de la trayectoria y experiencia de 46 sargentos y comisarios”

Esta es otra triste historia en la Policía Nacional. En la presente se unen la religiosidad y el abuso de poder. Navarro llamó a retiro a casi medio centenar de experimentados suboficiales para favorecer a uno de sus protegidos, quien comparte sus rituales, su credo.

Unidad de Justicia

Lunes, 3 de abril del 2023

Todo sucedió al subir un sargento al cargo de Suboficial de Comando de la Dirección General de la Policía Nacional. Su llegada a este puesto en la DIPON provocó el retiro obligado de 46 experimentados policías, entre sargentos y comisarios. Es un caso que debería ser revisado por la Procuraduría General, dicen los denunciantes.

Para muchos uniformados, es la primera vez que ocurre algo así, que la decisión desmedida de un alto mando de la institución provoque la expulsión de la mayor cantidad de hombres y mujeres, con excelentes hojas de vida. Sobre todo, que entre los echados están los exjefes de Estaciones, esos que afrontaron los momentos más difíciles de la violencia en Colombia, que se mantuvieron en puestos a donde nunca es nombrado un alto oficial.

Las denuncias de este desatino recae sobre la subdirectora de la Policía Nacional, general Jaqueline Navarro Ordoñez, no solo es acusada de liderar a un grupo de oficiales ejecutantes de rituales religiosos, de las llamadas ‘sacerdotisas’, las que con sus creencias –dicen las denuncias– influyen en delicadas decisiones institucionales, como esta, la echada sin misericordia de casi 50 uniformados (as).

“Esto no tiene perdón de Dios, sí es que ellos en verdad existe ese temor. Es la forma como nos sacaron, de cómo la señora subdirectora nombra en un cargo a un sargento, quien no tiene la culpa, pero es menos antiguo que nosotros. Ella misma nos lo dijo, que teníamos que irnos”, contó una de las suboficiales afectadas por esta salida masiva.

La historia es que un medio centenar de uniformados fueron citados el pasado 9 de marzo a las 7:00 de la mañana a un desayuno, a un supuesto homenaje por los más de 30 años de servicio de estos hombres y mujeres a la institución.

El propósito de este llamado, hasta con ceremonia religiosa, no fue otro que decirles que les convenía abandonar la Policía Nacional o de lo contrario serían llamados a ‘calificar servicio’. La razón que se ofreció no era otra que la de subir a un cargo administrativo a un sargento con menos tiempo en la Policía.

Para este grupo de uniformados lo que se hizo es irregular, nada democrático, que a dedo y por recomendación de las llamadas ‘sacerdotisas’, quienes “ungieron a su candidato” con la premisa de haber sido una decisión de Dios, este uniformado (sin ningún tipo de concurso) tenía que ser nombrado como Suboficial de Comando.

“Fue toda una desilusión, ver la manera como nos sacaron, sin importar la trayectoria, nuestro aporte a la Institución que tanto queremos. Nos citan a una supuesta celebración, pero era para decirnos que nos sacaban por la puerta de atrás y sin una explicación que convenza”, manifestó una de las afectadas.

No paran las denuncias

En reciente nota para EL ESPECTADOR, la periodista Cecilia Orozco Tascón publicó una entrevista en la que habló un oficial con 25 años en la Policía, quien reconocía que al interior de la institución se vive un ambiente tenso, poco alentador, que el policía ya no es respetado ni dentre ni afuera.

“Si la institución no respeta a sus hombres, mucho menos va a respetar a los civiles”, aseguró el entrevistado.

Además, reveló que si un uniformado necesita una cita con la general Yacqueline Navarro debe primero pasar por un filtro, el de una capitán de “apoyo”, que dice tener “súperpoderes”, quién determina si esta persona tiene buenas energías para poder entrar al despacho de la subdirectora.

Lo que llama la atención de esta revelación es que si el policía es rechazado  por la capitán esta persona es obligada, entonces,  a asistir a un retiro espiritual.

“A mí y a otros nos han dicho que para ir a un retiro espiritual de tres o cuatro días hay que pagar 725.000 pesos por pareja. Es plata que sale de nuestros bolsillos. No se paga con el presupuesto oficial de la Policía”, manifiesta el uniformado, según la nota de El Espectador.

Todas estas afirmaciones coinciden con las denuncias que otros uniformados han hecho, como la publicada por EL HOME NOTICIAS, en la que un testigo asegura que en cada una de estas reuniones se recauda buena cantidad de dinero, pero que nadie sabe en que es invertido.

Las denuncias en contra del director y subdirectora de la Policía Nacional aumentan, todas en procura de que el alto gobierno adopte correctivos urgentes, sobre todo por el descontento en las filas y en un momento crucial en que la seguridad del país tiene las peores cifras. No está de más decir, que desde diferentes sectores sociales y políticos se escuchan voces solicitando la renuncia de este mando institucional, que apegado a asuntos religiosos ha abandonado deberes misionales. Expertos precisan que «se perdió el rumbo y que a corto plazo se debe regresar al cause».

Espere esta denuncia periodística con nuevo video de entrevistas y más detalles en nuestro canal de Youtube.

Redacción Unidad de Justicia

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