Tribunal ordenó que proceso por corrupción contra el expresidente de Francia, Nicolás Sarkozy, se reanude 

Desde el próximo lunes seguirán las audiencias a el exmandatario francés, quien es acusado de corrupción y tráfico de influencias, después de conocerse las grabaciones de una conversación telefónica. Sarkozy, de ser declarado culpable se expone a una pena de 10 años de prisión.

FRANCIA

Viernes, 27 de noviembre del 2020

El caso de corrupción del expresidente francés Nicolas Sarkozy se reanudará el próximo lunes después de que el tribunal correccional de París rechazara su aplazamiento, debido a la salud de uno de los coacusados.

Un informe médico concluyó que el ex juez Gilbert Azibert, de 73 años, pudo comparecer, pero el tribunal rechazó la solicitud de aplazamiento y ordenó que compareciera «en persona» el lunes a las 13:30 hora local, antes de suspender de audiencia de nuevo para esa fecha.

El juicio a Sarkozy, acusado de corrupción y tráfico de influencias tras un escándalo de escuchas telefónicas, comenzó el lunes pasado en el Tribunal Penal de París, pero se pospuso poco después.

La decisión del tribunal se tomó a pedido de los abogados de uno de los imputados, el juez Gilbert Azibert, quien alegó el muy precario estado de salud del imputado, con el presidente del tribunal ordenando un reconocimiento médico que, mientras tanto, se entregó.

El expresidente, de 65 años, va a comparecer ante su abogado Thierry Herzog, también de 65, y Gilbert Azibert, y podría ser condenado a una pena de prisión condicional de hasta 10 años y una multa de hasta un millón. euros. Los tres acusados ​​niegan haber actuado mal.

Se sospecha que Sarkozy y Herzog le prometieron a Azibert un trabajo en Mónaco a cambio de información sobre una investigación sobre la financiación ilegal de la campaña presidencial de 2007 por parte de la mujer más rica de Francia, la heredera de L’Oreal, Liliane Bettencourt.

Según la fiscalía, en 2014 Sarkozy y Herzog utilizaron teléfonos móviles secretos, registrados bajo el seudónimo de “Paul Bismuth”, para mantener conversaciones privadas, ya que temían que las conversaciones estuvieran siendo escuchadas.

Sarkozy y Herzog explicaron que compraron los teléfonos para evitar ser objeto de escuchas telefónicas ilegales, pero los investigadores sospechan que lo que realmente querían era evitar ser grabados, entre otras cosas porque las conversaciones sugerían que ambos sabían que sus teléfonos oficiales estaban siendo escuchados.

Sarkozy argumentó, sin embargo, que nunca intervino para ayudar a Azibert, quien nunca fue a trabajar para Mónaco, después de haberse retirado en 2014.

Sin embargo, el tribunal determinó que tan pronto como se ofrece un trato, constituye un delito penal, incluso si no se cumplen las promesas.

El nombre de Sarkozy ha aparecido durante años, vinculado a varias otras investigaciones judiciales, con acusaciones que incluían el financiamiento ilegal de su campaña de 2007 por el entonces dictador libio Muammar Gaddafi, y que arrojan una sombra sobre el intento de retorno de Sarkozy en las elecciones presidenciales. 2017, al no haber sido elegido como candidato por su partido y finalmente retirarse de la política activa.

Sarkozy continuó, entonces, siendo una figura popular entre los votantes de derecha franceses, como lo demuestra el éxito del libro con sus memorias, publicado este verano, “Le Temps des Tempêtes” (la época de las tormentas). .

A principios de este mes, el empresario franco-libanés Ziad Takieddine se retractó de las declaraciones que había hecho y negó haber entregado una maleta con cinco millones de euros en efectivo, procedente de Libia, Sarkozy y su exjefe de gabinete, Claude Gueant.

En cambio, dijo a la emisora ​​de noticias BFM ya la revista Paris-Match que «no había financiación de Libia».

Sarkozy respondió diciendo que la verdad «finalmente saldrá a la luz».

 

El expresidente enfrentará otro juicio en la primavera de 2021, junto con otros 13, por cargos de financiamiento ilegal para su campaña presidencial de 2012.

El partido conservador y una empresa llamada Bygmalion están acusados ​​de utilizar un sistema de facturación especial para ocultar un gasto excesivo no autorizado, y se sospecha que han gastado 42,8 millones de euros, casi el doble del máximo permitido, para financiar la campaña.

Las elecciones dieron la victoria al rival socialista François Hollande.

 Inforpress / Lusa

Redacción Noticias Internacionales

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