Migraciones: ni el mal tiempo ni las muertes obstaculizan los cruces del Canal de la Mancha

Pese a que se acerca el invierno, miembros de la organización británica Channel Rescue continúan en las pistas y playas de Dover para vigilar el cruce de migrantes, que arriesgan los 34 kilómetros del Canal de la Mancha incluso con mal tiempo.

INTERNACIONAL

Domingo, 12 de diciembre del 2021

La muerte de 27 personas, entre ellas una mujer embarazada y tres niños, en un naufragio de un bote inflable el 24 de noviembre, y una serie de tormentas en las semanas siguientes no fueron suficientes para desalentar nuevos intentos.

“No hay tantos, pero vimos algunos esta semana”, dijo Kim Bryan, uno de los voluntarios, a la agencia de noticias Lusa.

Este grupo surgió el año pasado, cuando la cantidad de botes inflables con grupos de migrantes de países en conflicto, como Siria, Afganistán o Irak, comenzó a multiplicarse en el Canal, entre el norte de Francia y el sur de Inglaterra.

Los voluntarios se turnan con los telescopios para tratar de detectar las embarcaciones y notificar a la Guardia Costera o al servicio de naufragios del Real Instituto Nacional de Bote Salvavidas (RNLI) para que las recojan.

Actualmente hay alrededor de 30 personas involucradas, incluidos “equipos de respuesta rápida”, que traen mantas térmicas y bebidas a los migrantes cuando llegan a las playas, pues la guardia fronteriza de la Fuerza Fronteriza “no siempre cuenta con equipo o agua para las personas que llegan con hipotermia o sed ”.

La organización espera tener un barco el próximo año para patrullar en el mar y recientemente presentó una demanda contra el Ministerio del Interior para bloquear el uso de la táctica de retroceso.

“Es extremadamente problemático porque es muy peligroso para las personas en esa situación”, lamenta Bryan.

Recientemente, Canal Rescate, junto con el RNLI, que actúa cuando hay peligro de ahogamiento, corrieron el riesgo de ver la asistencia a los migrantes criminalizada por el proyecto de ley de Nacionalidad y Fronteras, que penaliza la asistencia a los cruces ilegales.

Una enmienda aclaró la situación y ahora las organizaciones humanitarias pueden seguir funcionando sin riesgo de ser llevadas a los tribunales, pero la intervención no siempre es bienvenida.

El RNLI ha sido blanco de insultos y protestas, y algunos vecinos han intentado detener a los barcos que salen del puerto.

El político euroescéptico Nigel Farage ha calificado las operaciones de rescate como un “servicio de taxi para migrantes”, pero los funcionarios del RNLI responden que no depende de los rescatistas controlar las fronteras o juzgar quién necesita ayuda.

Bridget Chapman de Kent Refugee Action Network (KRAN) admite que hay una «minoría significativa de personas que se oponen completamente a la inmigración de cualquier tipo, pero que se hacen oír en los comentarios de los periódicos».

Sin embargo, aseguró a Lusa, esta no es la realidad, porque KRAN involucra a un “ejército” de voluntarios locales, tantos que, en ocasiones, como cuando los talibanes llegaron a controlar Afganistán, obstruyen los teléfonos y los buzones de correo electrónico y las redes sociales. redes con ofertas de ayuda.

La organización ayuda principalmente a los menores solicitantes de asilo a integrarse en la comunidad después de salir de los centros de recepción, donde permanecen unos dos meses.

Mientras que los niños están a cargo de los servicios sociales, los adolescentes de 16 años o más pueden ser colocados en sus propios hogares sin la responsabilidad de un adulto.

“Es un gran desafío cuando solo tienen 16 años y necesitan comprar y hacer su propia comida, limpiar, lavar la ropa, asegurarse de que se despierten a la hora adecuada para ir a la escuela”, dice.

La ayuda va desde apoyo con las tareas hasta cursos de inglés, cocina y gestión del dinero para gastos o información sobre qué envases deben reciclarse o sobre la cultura británica en general.

“Ellos hubieran preferido quedarse en casa con sus familias si hubieran tenido opción, nunca se habrían ido, pero fueron forzados por el conflicto, la violencia y la represión (…) No podemos reemplazar a la familia, pero tratamos de ser tan lo más cerca posible de una familia ”, afirma.

A diferencia de muchos adolescentes británicos, Bridget Chapman, ex maestra, ve en los jóvenes refugiados una gran dedicación a los estudios, al trabajo, cuando reciben un permiso de residencia y a ayudarse mutuamente.

«Realmente los necesitamos», argumenta, criticando el proyecto de ley de Nacionalidad de las Fronteras, presentado por el Gobierno británico y actualmente en debate en el Parlamento, al que denomina «ley anti-refugiados».

Si bien coincide con la ministra del Interior, Priti Patel, en que el sistema de asilo actual no está funcionando, teme que la situación empeore por las medidas propuestas, como el fortalecimiento de los poderes de la guardia fronteriza, mayores penas para los indocumentados y la posibilidad de ser trasladados. a otro país.

Entre soluciones a corto y largo plazo, sugiere restablecer la ayuda exterior para permitir que los refugiados estén más cerca de sus países de origen y crear formas de evaluar las solicitudes de asilo fuera del Reino Unido, incluso en Francia.

“Eso detendría los cruces en pequeñas embarcaciones durante la noche y destruiría el negocio de los traficantes de personas, porque nadie va a hacer un viaje en una pequeña embarcación por la ruta marítima más transitada del mundo si hay una opción segura”, garantiza.

Inforpress / Lusa

Redacción Noticias Generales

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