25 mil militares a las calles de Washington

Barandillas de metal, madera contrachapada, uniformes, vehículos militares y armas en manos de la Guardia Nacional se multiplican en Washington, que se protege de posibles acciones terroristas en posesión de Joe Biden como presidente de los Estados Unidos el próximo miércoles.

INTERNACIONAL

Sábado, 16 de enero del 2021

El Pentágono anunció que había autorizado el movimiento de más de 25.000 militares a las calles de Washington, para la protección de diversas áreas, principalmente el National Mall, donde se concentran los puntos más importantes de la política estadounidense, entre ellos. la Casa Blanca, el Capitolio y otros monumentos emblemáticos.

Varias calles de la capital ya están cortadas, con una zona delimitada por una valla o muro metálico, casi como la que el presidente saliente, Donald Trump, defendió durante años y había construido en las fronteras entre Estados Unidos y México.

Solo que esta vez, el «muro» está en la capital del país, protegido por 25.000 militares estadounidenses.

Todo esto para dar sensación de seguridad a la población, luego de lo ocurrido el 6 de enero, con la invasión al Capitolio por parte de simpatizantes de Trump, provenientes de diversas partes del país.

Lo que lucharán los 25.000 militares en Washington es el terrorismo potencial, contra el cual Estados Unidos quiere ser la mayor fuerza del mundo. Pero este terrorismo no va a ser provocado por fuerzas extranjeras, advierten los servicios secretos. Si existe, será terrorismo interno.

La paz está presente, pero hay casi un escenario de guerra inminente, de gran tensión, como lo fue gran parte del siglo XX, la Guerra Fría entre Estados Unidos y la Unión Soviética.

Solo que esta vez, la «Guerra Fría» es solo dentro de Estados Unidos, que, en lugar de ser un país, se divide en dos.

El experto en seguridad John Tierney dijo, en declaraciones a la agencia Lusa, que hay «dos países» que pasarán del poder de Donald Trump a la presidencia de Joe Biden, el día de la inauguración, el 20 de enero. Un país «rojo» y otro «azul» – colores de los dos partidos políticos rivales de los Estados Unidos, el republicano y el demócrata, respectivamente.

John Tierney, profesor de relaciones internacionales en el World Policy Institute en Washington, dijo que 74 millones de personas en el «país rojo», es decir, simpatizantes del partido republicano, votaron por Donald Trump (alrededor del 47% de los votos en el Noviembre de 2020), mientras que más de 81 millones estaban a favor del Partido Demócrata, votando por Joe Biden y creando el “Frente Azul”.

Los vehículos policiales y militares se colocan en varias esquinas y obstruyen el tránsito, obligando a los automóviles a detenerse y presentar el motivo de querer cruzar el territorio, incluso si son residentes de las áreas delimitadas.

Pese a seguir imponente, con amplias avenidas y verdaderas obras arquitectónicas, el actual momento de tensión convierte a Washington en un territorio militar, luego de que la seguridad fracasara ante una insurrección y casi destrucción de uno de los lugares considerados sagrados para la democracia estadounidense. .

El 6 de enero, miles de partidarios de Donald Trump y de la extrema derecha invadieron el Capitolio, que alberga el Senado y la Cámara de Representantes, que ese día se reunieron para dar el último paso para confirmar a Joe Biden como presidente.

Lara Brown, politóloga, dijo estar «perturbada por el odio y la violencia» que se vio ese día, cuyo símbolo más «inquietante» fue la bandera de la Confederación, en alusión al período de la Guerra Civil en Estados Unidos, de 1861 a 1865, cuando una de las principales razones de la batalla fue la oposición bilateral a la abolición de la esclavitud.

En palabras del director de la Escuela de Graduados en Gestión Política de la Universidad George Washington, la bandera confederada era también «el rechazo a la Constitución y al proceso democrático».

«Ver la bandera de la Confederación, que era un grupo de estados que querían mantener la esclavitud, exhibirse en el Capitolio, a espaldas de manifestantes que no creen en los resultados de las elecciones, fue tan horrible como podía imaginar», concluyó Lara Brown.

Para los expertos escuchados por Lusa y muchos otros expertos estadounidenses, el principal problema era la cantidad de desinformación, información errónea y ‘fake news’ sobre la elección presidencial defendida por el presidente saliente de Estados Unidos, el propio Donald Trump.

Inforpress / Lusa

Redacción Noticias Generales 

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